La llamaron Operación Samba, la vendieron en los telediarios como un gran triunfo de la Guardia civil y de su responsable político José Antonio Alonso. El comunicado del Ministerio del Interior rebosaba satisfacción por el deber cumplid La Guardia Civil y la Policía Marroquí desmantelan una red dedicada a la introducción de inmigrantes irregulares.
La red captaba los inmigrantes en Marruecos y los introducía en nuestro país a través del aeropuerto Madrid-Barajas
Hasta el momento han sido detenidas 19 personas, 5 de ellas en Marruecos, realizándose 9 registros e incautándose abundante material dedicado a la falsificación de documentos.
Curioso, no se especificaba con cuántos inmigrantes habían traficado, pero sí se enfatizaba que las buenas relaciones entre Marruecos y España permitían este tipo de super-logros policiales.
Pues bien, la detención se producía el día 18. El día 19, los detenidos comparecían en la Audiencia Nacional, ante el juez Santiago Pedraza Gómez, un magistrado que según las malas lenguas de la zona, está llamado a ser un nuevo Baltasar Garzón. Pero, de pronto, ya se ha dejado crecer una transgresora melena.
Y allí llegó el asunto. La policía afirma señala a un magrebí de 22 años como el lugarteniente e la red, y número dos del cerebro, presuntamente detenido por la policía de Mohamed VI al otro lado del estrecho. Y resulta que el chaval se echa a llorar y no deja de lagrimar durante todo el juicio, al igual que la presunta directora de la logística: la propietaria de un piso donde vivían algunos inmigrantes que, tal y como declaró ante el juez, le ayudaban a pagar la hipoteca.
Pero todo esto son detalles, no pruebas del globo de humo. Buena prueba es que todos quedaron en libertad sin fianza (a pesar de que los medios informativos habían encarecido lo peligrosa que era esta mafia de traficantes) y que el fiscal Iñigo Gordillo no les formuló pegunta alguna.
Más que una operación policial fue una operación mediática, dos realidades de fácil confusión. Porque los medios informan de lo que les informan, por ejemplo, de la operación Samba. De lo que no pueden informar es de lo que el Ministerio del Interior no les informa, por ejemplo, del posible sobreseimiento de la operación Samba, un globo de humo que nunca debió venderse como un gran éxito policial, fruto de la colaboración hispano-marroquí. Eso sí, José Antonio Alonso está feliz.