La campaña que los sectores pseudoprogresistas españoles, encabezados por el principal partido de la oposición y el grupo de comunicación más próximo a estos sectores, ha lanzado en contra del electo por el parlamento, el magistrado del Tribunal Constitucional, Andrés Ollero, al saberse que éste será el encargado de redactar la ponencia sobre la inconstitucionalidad de la ley del aborto.
Sin duda es una muestra de la cerrazón y la inconsistencia de los argumentos del progresismo oficial a la hora de afrontar lo referido al derecho a la vida.
La estrategia desacreditadora del magistrado, que es además catedrático de Derecho y jurista internacional de prestigio, se basa en que es católico y miembro del Opus Dei. Por supuesto, una estrategia impresentable en pleno siglo XXI.
Jesús D Mez Madrid