El grupo SAS se ha negado a que Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán tomen el control de la aerolínea que fundaron

Donde pisan los Hombres G –el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y su socio, Gonzalo Pascual– no vuelve a crecer la hierba. Mientras en Argentina el Gobierno Kirchner ha optado por renacionalizar Aerolíneas Argentinas (ARSA) y expropiársela al grupo Marsans, ante la paralización de la compañía, en España la gran obra de los Hombres G, Spanair, entra en crisis profunda. Durante la mañana del miércoles se anunciaba que Spanair despedía a 1.100 trabajadores (29% de la plantilla) al tiempo que cancelaba nueve rutas deficitarias y dejaba en tierra unos quince aviones.

Spanair fue creada por Díaz Ferrán y Pascual con la compañía sueca SAS como socio industrial. La gestión era española y de ella se lucró Marsans, pero los suecos no hacían más que perder dinero y paliarlo con sucesivas ampliaciones de capital. De esta manera, la participación del dúo Pascual-Díaz llegó a ser mínima. Al final, los suecos decidieron hacerse con el control y poner en venta la aerolínea. Si estarían hartos de la gestión del actual presidente de CEOE y su socio, que en el proceso de venta prohibieron a Marsans acudir al mismo. O mejor, le advirtieron que no lo hiciera. La situación de la compañía era tan delicada con la nefasta gestión de Pascual y Díaz que ahora han comenzado el recorte de gastos.