Sr. Director:
Leo en el Diario del Alto Aragón el fallo del concurso del cartel anunciador del carnaval de Huesca de este año ("Carnaval de pecado", en el que figura un tipo sin afeitar, con los labios pintados de rojo y vestido de cura) y me siento herido al comprobar, una vez más, que la "campaña de persecución de la Iglesia" sigue confirmándose como una triste realidad.
"Vimos que la obra seleccionada podría generar cierta polémica", dice la secretaria concejala en el artículo del diario. Y si lo vieron, ¿no hubiera sido mejor no seleccionarlo? ¿Se ha enterado usted de la 'cierta polémica' causada por el príncipe inglés al vestirse de nazi en otro 'carnaval'? ¿Se imagina seleccionar un cartel con un tipo disfrazado de nazi? ¿O cualquier otro que genere 'cierta polémica' con... radicales islámicos?
Acude la Sra. Concejala en sus declaraciones al carácter "transgresor" del Carnaval, y con esa excusa consiente en 'agredir' a los de siempre, a los pacíficos católicos, que ya pondrán la otra mejilla siempre que haga falta. Son ustedes de un clerical que asusta.
Mire usted, si el objetivo es transgredir y provocar, ¿por qué no sacan en el cartel a algún político de allí o de aquí, con orejas de burro, o de caganet? ¡Eso sí que sería transgresor, rompedor, de Carnaval de Río! Le recomiendo a Rajoy, a Zapatero o mejor a Carod o a Ibarretxe y eso sí, lo titulan ustedes "Carnaval español" o "Carnaval del talante". Porque su famoso talante no deja de ser un auténtico Carnaval, que transgrede los sentimientos religiosos de un montón de gente; tendrían que respetarlos, aunque desprecien sus votos: los suyos y los de mucha otra gente más educada se les pueden volver en contra a fuerza de "gracietas", como las de este cartel.
Jesús Plaza
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