El ministro de Trabajo prepara un nuevo paso atrás en el "papeles para todos". Advierte que las prejubilaciones no deben ser el modelo generalizado
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, hizo un esfuerzo este martes por transmitir que la inmigración "no es un problema, sino un fenómeno", pero también reconoció que la situación no es la misma que hace un año. En el transcurso de un desayuno organizado por Nueva Economía Forum, Corbacho advirtió que, dada la rapidez y potencia con que se ha producido el fenómeno, su impacto no ha sido neutro. Por ello, entiende que el Gobierno debe trabajar para que no dé lugar a un retroceso en el Estado de bienestar y la convivencia.
Celestino Corbacho no hacía sino preparar al público para un nuevo paso atrás del "papeles para todos". En este sentido, el ministro dijo distinguir entre los sentimientos y la responsabilidad de Gobierno: "Creo que la familia nuclear (matrimonio e hijos) no puede ser en ningún momento objeto de la discusión y en lo demás es un derecho reglado, que cada país en función de sus circunstancias debe reglar…para garantizar incluso la sostenibilidad y el buen funcionamiento". En definitiva, el Gobierno propondrá limitar la posibilidad de limitar la reagrupación de la familia extensa
Por otra parte, Corbacho admitió que las prejubilaciones pueden ser una solución para un sector en crisis en un momento dado. Sin embargo, el ministro de Trabajo e Inmigración alertó contra los sectores que practican sistemáticamente la jubilación anticipada, sino para obtener beneficios más altos: "Creo que no debería ser el modelo", afirmó Corbacho. Es en este sentido en el que el ministro cree que iba la llamada de atención del Banco de España. A propósito de la sostenibilidad de las pensiones que ese mismo organismo puso en duda la pasada semana, el titular de Trabajo manifestó su confianza en el sistema de Seguridad Social.
Preguntado por la congelación de su salario, Corbacho afirmó que en política no se puede estar por dinero. Le parece bien. De hecho, recordó que perdió la mitad de su salario al pasar de la alcaldía de L'Hospitalet, donde cobraba más que el presidente del Gobierno: 144.200 euros. En cualquier caso, no se queja y garantiza que no tiene problemas para llegar a fin de mes: "Ojalá todos los españoles pudieran estar en mi situación, incluso con una congelación salarial".