Occidente no reacciona. Otro español ha sido secuestrado en el Índico. Se trata del capitán del palangrero Sakoba y los primeros datos apuntan a otro culebrón siniestro, con sus correspondientes etapas de secuestro, negociación y pago de rescate.
Europa no reacciona con la energía necesaria, porque todo el mundo sabe que el problema no está en el mar, sino en tierra, en Somalia, donde el poder no corresponde a ningún Gobierno sino que se lo reparten grupos de islamistas radicales y bandas de piratas.
No hay otro remedio que adoptar una postura de fuerza frente a Somalia para acabar con la piratería del siglo XXI cuyo buscado tesoro no son más que la vida de occidentales.