Elena Valenciano y Leire Pajín continúan su tour político-vacacional por Cuba. Este viernes ambas dirigentes socialistas se reunieron con el dictador cubano, Raúl Castro. Pajín y Valenciano se van tan contentas de la isla porque han visto una voluntad de apertura económica y social.
Quizás haya voluntad, pero los hechos indican que en derechos humanos Cuba va a peor. Según los datos publicados por la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, las detenciones a los disidentes aumentaron en agosto desde las 83 de marzo a las 187 de agosto. Las excarcelaciones, que la disidencia prefiere llamar expatriaciones o destierros, han ofrecido una imagen excesivamente positiva del régimen y, al parecer, no son el indicador de apertura que se ha querido dar a entender.
Al PSOE le ha faltado tiempo para acudir a la isla caribeña a bendecir al régimen, tal y como denuncian los disidentes en la Declaración de Móstoles. Y eso es lo que busca Castro: imagen democrática en lo social e imagen de apertura en lo económico. Respecto a esto último, el único cambio sigue el modelo chino, con una mafia que controle la economía del país y avance en el desarrollo, pero con una inmensa mayoría de la población amordazada.
Preguntada por esta cuestión la vicepresidenta De la Vega prefirió mantenerse en silencio. No voy a opinar.
- Pero que el 100% de los presos deportados se manifiesten en contra del gobierno no es una anécdota
- No estamos de acuerdo, pero estamos contentos de que se puedan expresar con libertad y decir aquí lo que no pueden decir ahí.
No es exacto, vice. Ahí también lo dicen. Lo que pasa es que nadie les quiere escuchar. Y en eso se parece bastante a lo que pasa aquí. Por cierto, los presos están deportados, expatriados, no liberados. ¿Qué habríamos opinado si los presos políticos franquistas hubieran sido liberados en Alemania?