Sr. Director:
Pienso que la Justicia ha puesto algo de sentido común en Cataluña con sus últimas sentencias lingüísticas.

Lo lógico en una comunidad bilingüe es que la administración también sea bilingüe por respeto a los hablantes de ambos idiomas. Lo que no es razonable es que el Ayuntamiento de Barcelona utilice sólo uno de los dos idiomas oficiales en su actividad o la Consejería de Educación imponga el uso exclusivo de una sola de las dos lenguas en las escuelas.

Los jueces han puesto el sentido común que les falta a los políticos. No se trata de eliminar el uso del catalán sino el uso excluyente del "sólo en catalán".

En definitiva, una lógica apelación a la convivencia de nuestras dos lenguas en contra de la lamentable intolerancia lingüística que practica el nacionalismo.

Manuel Fernández