Ocurrió un 10 de agosto. Doña Enriqueta Rodríguez, madre de Paloma Rocasolano y abuela de Letizia Ortiz, futura Reina de España, fue ingresada en un hospital salmantino a causa de una dolencia urológica. Su hija, madre de la futura Reina de España, llamó a la Delegación del Gobierno en la provincia para que retirara a la nube de periodistas que solicitaban información a las puertas del centro. El subdelegado advirtió que él no podía dar esa orden, dado que los periodistas estaban en la calle y no impedían el tráfico de personas o vehículos. Advirtió que debían llamar a la Casa Real. Así lo hizo, y la respuesta de la Casa del Rey fue que, sintiéndolo mucho, no podían hacer nada. La prensa, al parecer, es libre de situarse a las puertas de un hospital.

Así, no es de extrañar lo ocurrió con el periodista Jaime Peñafiel, conocido por sus críticas al estilo de SAR Felipe de Borbón y su esposa, doña Letizia Ortiz, en el centro comercial el Jardín de Serrano, uno de los más selectos de Madrid: Peñafiel fue saludado con entusiasmo por varios clientes que le animaban a seguir en su línea, es decir, dándole duro a doña Letizia y a la Casa Real, especialmente a la nueva generación. Al parecer, el sentimiento cunde.