Exhibe una buena parte de verdad y resulta más que comprensible a pesar de algunos saltos en el vacío propios del género, ciertamente, pero vuelve a caer en el tópico de lo privado frente a lo público, cuando la verdadera batalla se libra entre lo pequeño y lo grande. Es confusión difícil de evitar que nos lleva a las palabras de Chesterton: Qué más me da que todas las tierras del condado pertenezcan al Estado o pertenezcan al Duque de Sutherland?.
Personalmente prefiero el ya clásico La Última Risa, la única explicación científica que conozco de la actual crisis económica. Digo clásico porque ya cuenta con casi tres años de vida y fue realizado al comienzo de la actual e imperecedera crisis económica, que no es económica sino financiera y que desaparecerá en el preciso momento en que coloquemos a los mercados financieros en el sitio que les corresponde: mero apoyo del bien común, no parásito de ese bien común.
Pero en cualquier caso, bienvenidos sean estos vídeos que pugnan con el gran enemigo de los economistas: su irrefrenable pedantería.
Eulogio López
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