Sr. Director:
No hay duda de que, en estos momentos, la lucha contra el terrorismo, contra la violencia doméstica, contra las guerras injustas o preventivas, prevalezca ante otras muchas necesidades; pero teniendo en cuenta que esta situación puede ir para largo, sería conveniente abrir otros frentes con el fin de que mejoremos el pueblo, mejorando las personas y el ambiente en que viven.
Sugiero que, para erradicar el mal y tanta violencia, deberían emprenderse campañas publicitarias, a través de todos los medios de comunicación, totalmente contrarias a las actuales, y también no deberían promulgar leyes en contra de la naturaleza de la persona com el divorcio, la eutanasia (en cartera), el matrimonio de parejas homosexuales (anteproyecto de ley).
Las autoridades políticas deberían saber que, para gobernar bien, no hay que decir sí a todo, sino enderezar con buenos principios y costumbres. Y esto será muy difícil de lograr con la ley de supresión de la clase de Religión en las escuelas, y proporcionando, en las mismas, preservativos para facilitar relaciones sexuales seguras.
Nada hay más incoherente que pretender terminar con el terrorismo y la violencia por un lado y, por otro, mostrar, como si de una escuela se tratase, escenas de violencia, asesinatos y malos tratos en películas y televisión; esto no hace más que crear hábitos violentos a un paso del terrorismo.
Teresa Guerín
miralbell@yahoo.es