Una sociedad secularizada es una sociedad que por definición excluye de las elecciones públicas hipótesis de una cierta trascendencia religiosa o metafísica.
Y la consecuencia es que esta sociedad tiene siempre la tentación de erigir en absoluto cosas que por naturaleza son relativas: las ideologías, la moda, las opiniones individuales, las convenciones sociales, sin hablar del siniestro políticamente correcto que nacido en los Estados Unidos intenta imponernos una nueva forma de puritanismo…
¿Cómo permitir a la persona una protección contra esas innumerables presiones que vienen a limitar más o menos su libertad, libertad de pensar, de exprimirse
Solo conozco una respuesta, volver a decir que dentro de esta persona existe en su parte más íntima, en el corazón, algo que precisamente es más grande que la sociedad, un yo íntimo en donde el creador habla a su criatura, hecha a su imagen, le dice lo que quiere, lo que desea, lo que espera de ella: conciencia, no sólo del saber humano pero también del saber de Dios.
Jesús Domingo Martínez