Consideran que la BBK es el segundo accionista, y que ya se habla de pacto entre ACS e Irala, un pacto siempre buscado por ACS y despreciado por los vascos, que nunca han dudado en apoyar la labor de Galán. Les aconsejo que lean el estupendo trabajo de Alberto Valverde en Capital Madrid.
A ver si nos entendemos: es verdad que un equipo directivo no puede vivir enfrentado a su principal accionista. En este sentido, Irala tiene razón: hay que llegar a un acuerdo y Galán debe intentarlo.
Ahora bien, el problema es otro. Al presidente de Iberdrola se le pueden criticar muchas cosas -por ejemplo, su salario- pero nadie le puede negar que ha revitalizado Iberdrola, convirtiéndola en la única eléctrica española -Endesa ya es un Ministerio del Gobierno italiano- capaz de jugar en la gran Liga europea -o mundial- del sector. Es, además, una compañía inversora, ágil, con vocación de vencedor y con capacidad de generar todo tipo de energías, especialmente de la energía que cuenta con más futuro y la más barata: la nuclear.
Pero la cuestión no es esa. La cuestión es: ¿Para qué quiere Florentino Iberdrola? Porque el aspirante a todo, incluía la Presidencia del Real Madrid, tiene la mala costumbre (Dragados, Fenosa, Iberdrola) de comprar empresas y luego trocearlas o venderlas para pagar las deudas contraídas con los bancos. En definitiva que, con todo respeto, salvo en la matriz ACS, donde los March y los Albertos nos se lo permitirían, don Florentino es un experto en vaciar compañías, aunque algunos no usan el verbo vaciar sino el de destrozar.
Estoy con Irala: hay que llevarse bien con el primer accionista, porque es el primer propietario, pero, en cualquier país europeo, salvo en España, donde reina el Todo vale, alguien -o todos- le formularía la señora Pérez la pregunta del millón de euros: ¿Para qué quiere usted Iberdrola?
Porque con el ejemplo de los Entrecanales -otros especuladores de la energía-, aquella maravillosa españolización de ZP que ha acabado en manos del Ministerio Italiano de la Energía, ya hemos tenido suficiente.
Eulogio López
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