Xavier de Irala abandonará en julio la presidencia de la BBK tras fracasar en su intento, no ya de fusionar las tres cajas de ahorros vascas -BBK de Vizcaya, Kutxa de Guipúzcoa y Caja Vital de Álava- sino tan siquiera las dos primeras. Pues bien, a lo mejor la llegada a la presidencia del socialista Patxi López le ofrece una segunda posibilidad de pilotar la fusión y a tres bandas.
En definitiva, Patxi López trata de ganarse a un PNV montaraz, a un nacionalismo que brama contra la presidencia que les ha sido arrebatada. Trata de que los nacionalistas no se echen al monte. Para ello, recupera el proyecto inicial del PNV que pasaba por la fusión de las tres cajas vascas para alcanzar la tercera entidad de ahorro española (tras La Caixa y Caja Madrid) por recursos propios, la quinta por beneficios. Entidad que se llamaría la Kutxa, a imitación del genérico La Caixa (como dicen en Barcelona, Caixa sólo hay una).
PSOE y PP pueden modificar la ley autonómica de cajas en el Parlamento, pero para la fusión necesitan del PNV que sigue controlando las tres diputaciones forales, las que mandan en las entidades. Eso sí, ofrecen que sea el nacionalista histórico Xavier de Irala quien pilote la fusión y a un hombre de consenso, que saben sería admitido por el PNV. Ignacio Sánchez Asiaín, actual director general de la BBK, como primer ejecutivo de la nueva Kutxa. La cosa está bien pensada, y los socialistas vascos del PSE aseguran que sólo la escenificación de la ruptura podría hacer que el PNV desaprovechara las oportunidades. Y no se trata de una fusión a dos, sino a tres bandas.
Tras la españolización del PNV, el sueño del nacionalismo vasco es contar con una entidad lo suficientemente grande como para pintar algo en el sistema bancario español. Desde luego, la ocasión la pintan calva.
Eulogio López
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