A Pedro José y a Janli Cebrián (en la imagen) les importa un pimiento la corrupción. Es más, les gusta. El primero vive de ella y el segundo vive en ella, en cuanto como dueño del sistema.

Pedro J. pide la dimisión Ana Mato, no de Rajoy, porque entonces Rajoy estará sus manos. Cebrián extorsiona al Gobierno para seguir al frente de un barco hundido, como es PRISA, a quien el propio Gobierno salvó de esa quiebra, dando el visto bueno al apoyo de varios bancos y de Telefónica a las finanzas de PRISA. Más bien a las finanzas de Juan Luis Cebrián, que mientras despide periodistas cobra suelos multimillonarios que no avalan su malsana gestión como presidente del Grupo. Necesita que el Gobierno convenza a la banca y a Telefónica de que le salven… una vez más.

Dicho esto, vamos con la corrupción, que no podemos quedarnos en el mensajero. De entrada, aconsejo menos histeria y menos hipocresía. Hay dos tipos de corrupción en España… y en cualquier otro país: la de los políticos y de los empresarios y sindicatos.

En estos momentos, sobre una clase política de 40.000 personas (lo de 400.000 me pareen demasiado) hay 300 altos cargos imputados por corrupción. Duro con ello, que los laminen. Pero oiga, tampoco son tantos. No llega al 1%.

¿Cómo se persigue la corrupción política ¿A gritos en el Parlamento ¿En los tribunales No parece. El abajo firmante tiene la impresión de que cuando el PSOE acusa a un popular o el PP a un socialista, lo que está intentado es que el contrario pierda votos. Pero a Pedro José y a Janli Cebrián la honradez les importa un pimiento. Contra la corrupción política se lucha reduciendo el número de instituciones y reduciendo el salario de los políticos. No creo que ningún diputado autonómico tenga que cobrar ni creo que deba hacerlo ningún alcalde de una ciudad con menos de 100.000 habitantes. Además, el que trabaja en un ayuntamiento suele ser el secretario del mismo, no el alcalde.

¿Y si les pagamos menos tendrán más tentaciones de corromperse Pues mire, las leyes no se hacen para evitar la tentación de robar sino para castigar el ladrón.

Nos sobran políticos y nos sobran organismos públicos.

Respecto a los empresarios y sindicatos. Si queremos que un empresario no pague parte de los salarios en dinero negro, como ahora acusan a Arturo Fernández, no estaría de más saber si tan injusto proceder viene provocado por unos impuestos confiscatorios, como son las cuotas sociales, que también son injustas. Sí, ya sé que hay que condenar también a que incumple una ley injusta, pero algunas leyes deberían reformarse.

En lo que respecta a los políticos; tampoco estoy de acuerdo con que deban dimitir cuando son imputados, "por higiene democrática". Deben dimitir cuando son condenados. De otra forma, se puede hacer daño a muchos inocentes.

Pero lo peor de todo es el cainismo. Insisto, tal parece que muchos jueces actúan no por ansia de justicia sino por deseo de venganza.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com