Dicen que el adulador debe insistir en el halago hasta la nausea, y cuando ésta llega hay que seguir adulando. Ése es Villar Mir, presidente de OHL. A mediodía de este jueves presentaba en un almuerzo organizado por el Foro de la Nueva Economía a su principal cliente, el ministro de Fomento, José Blanco. Sin miedo al ridículo, Villar Mir ha echado mano del halago hasta la extenuación. Dice que es el ministro que el Gobierno necesitaba y que contiene todas las virtudes del buen constructor, a saber: reconoce el buen terreno, el suelo, el subsuelo y el entorno. No pierde el tiempo en decisiones banales; analiza y prioriza con rigor, menos mal que Pepiño ocupa el cargo desde hace dos meses.
Per no contento con esto, Villar Mir insiste. Era necesario más. El presidente de OHL considera que Blanco ha puesto en hora y forma el partido, con innovadoras técnicas de propaganda y capacidad predictiva. Y esperen que todavía queda lo ultimo es la sombra de presidente, inspirador y ejecutor de las obras del Gobierno; forman un tándem bien sincronizado. Menos mal que Blanco sólo se ha comprometido a destinar 15 mil millones de euros en los próximos 3 años en la colaboración publico-privada.