No, el Secretario de Organización del PSOE no se refería al cambio de regulación en relación a la CNE, el conocido como decreto Montilla sobre el que el PP ha impuesto hoy un recurso de inconstitucionalidad. Pepiño Blanco se refería al cambio de las leyes exigido por el PP en relación al caso Marbella. Y lo hacía este martes santo ante las pantallas catódicas. O caóticas, según se mire.
Rajoy había pedido que si la norma impedía la convocatoria de elecciones, fuera revisada la norma. Los populares trataban de evitar que el consistorio quedara custodiado por los socialistas durante un año cuando el PP ha sido el único partido no involucrado en la trama y el que más posibilidades tenía de salir elegido.
Pero claro, se trata de un cambio a mitad de partido, a instancia de parte interesada. Y eso no es muy presentable. Lo que sin embargo resulta también impresentable es que quien apela al principio de seguridad jurídica, acabe de violarla con la ampliación de competencias de la CNE para que pueda vetar la OPA de E.ON, esa que hace tres meses le importaba un rábano al vicepresidente económico. ¿No será que lo que le importa un rábano a este Gobierno es el principio de seguridad jurídica? ¿No será que han primado la voluntad política por encima de todos? ¿No será que el derecho es tomado por la izquierda a título de inventario?