Difícilmente habrá otro relato bíblico que haya estimulado tanto la fantasía, pero también la investigación y la reflexión, como la historia de los "Magos" venidos de Oriente, escribe Benedicto XVI al comienzo del último capítulo de su libro sobre "La infancia de Jesús".
Insiste sobre todo en que aquellos magos eran auténticos sabios. Otros vieron y descifraron los mismos signos, pero sólo unos hombres de gran inquietud interior podían dejarlo todo y lanzarse al camino.
De este modo los Magos emulan a Abraham, que sigue incondicionalmente la llamada de Dios, pero también a Sócrates, que enseña a buscar siempre la verdad sin componendas. Se da así en los Magos de Oriente una síntesis de la búsqueda que por diferentes vías se encamina hacia la única verdad, ya sea a través de la ciencia, la filosofía o la religión.
Jesús Domingo Martínez