Sr. Director:
Soy profesora de instituto. En Febrero del 2000 sufrí una agresión verbal en el centro donde daba clases. Bromeaba con los compañeros en la hora del recreo sobre qué haríamos si nos tocara la lotería, y uno dijo, en broma, que yo no tenía problema, que procedía de una familia rica. En ese momento el director del centro, miembro de Comisiones Obreras, preguntó el tema de conversación. Al comentar uno que se hablaba de mí, que era de los ricos de mi pueblo, el director dijo textualmente: Ah, ¿pero no los matamos a todos en la guerra civil?. Nos quedamos tan helados que nadie respondió (de mi familia asesinaron 21 personas en una semana, entre ellos ancianos, un enfermo que sacaron de la cama, un niño de 16 años y una mujer). A partir de ese momento le tomé miedo al director, que era además, el enlace sindical. Los claustros se convirtieron en una pesadilla, pero no puedo demostrarlo porque mis compañeros no iban a declarar nada.
Al curso siguiente, mi horario era el peor, se me ignoraba, no estoy en las fotos de las orlas, etc. Cuando recurrí al inspector, me dijo que no podía demostrar nada, y no hizo nada. Al límite, presenté mi dimisión como jefe del Departamento. Sólo conseguí que el director diera, públicamente, mi cese por admitido y me degradara ante el Claustro y el Consejo Escolar. La historia sería larga, pero el resultado fue dos depresiones, un aborto, un expediente grave y tuve que pedir traslado. Mi historia la han oído 4 inspectores de enseñanza, 3 psiquiatras, 3 psicólogos 3 sindicatos y 4 abogados. Sólo he recibido SILENCIO. Tengo pruebas del acoso, pero nadie quiere saber nada. POR FAVOR ¿PUEDE ALGUIEN AYUDARME?
Rosario Pérez Alcalá
fjcaballos@hotmail.com