Folgado procedía de la patronal CEOE antes de entrar en polémica con Aznar, allá por 1996. Cuando un periodista le llamaba a su casa, era experto en cambiar de voz, y decía, con espléndida convicción, ser hijo del interesado. Este chico no ha cambiado.
Y es que el Partido Popular, a la búsqueda permanente de banderas, se ha topado con una que no es mala: la energía nuclear, cada vez más necesaria, especialmente tras la lamentable negociación que la entonces ministra, Isabel Tocino, realizó para España del Protocolo de Kyoto. Pero si hay un partido que no puede enarbolar esa bandera es, precisamente, el PP, que no quiso saber nada de energía nuclear durante 8 años.
Por si fuera poco, María Teresa Esteban, presidente del Consejo de Seguridad Nuclear, afín al Partido Popular, y a quien el grupo PRISA está acusando de todos los escándalos, empezando por la muerte de Manolete, ha decidido lanzar también su cuarto a espadas por la energía nuclear. Esteban Bolea consideraba, en la mañana del jueves, que hay que utilizar la energía nuclear para producir hidrógeno en grandes cantidades, como combustible para automoción. La verdad es que Esteban apoya ahora una energía nuclear, sabedora de que muy probablemente no repetirá en el cargo, dada la inquina del Gobierno Zapatero.