Están preocupadísimos en Harvard, la mejor universidad del mundo, al menos una de las más caras.
Resulta que han tenido la genial idea de programar, como acto cultural que es, una misa negra, es decir, satánica, y los católicos, siempre paranoicos, siempre intolerantes, siempre ignorantes han puesto el grito en el cielo, a pesar de que los organizadores aseguran que sus razones no son anticatólicas, sino, muy al contrario, extraordinariamente constructivas y acusan a los católicos que protestan de paranoicos, intolerantes e ignorantes.
Me recuerda lo que comentaban los mineros asturianos en la época en que emigrantes castellanos llegaban de la meseta a la entonces pujante tierra astur: ¡Qué raros son estos castellanos: les llamas hijoputas y se enfadan!
Los mimbres de una misa negra son muy simples: profanación de la eucaristía, del Dios hecho hombre, combinado con la obsesión sexual propia de los satánicos: orgías sexuales y sadismo con la inocencia infantil. Todo muy constructivo y creativo.
Pero insisto, lo más importante es la defensa de sus misas satánicas como hecho cultural y muy constructivo. Y las autoridades académicas, calladitas.
¿Esta es la mejor universidad del mundo Lo dudo. Tiene dentro a demasiados canallas.
Al final, y ante las protestas recibidas, el Club de Harvard ha decidido suspender el patrocinio. Eso significa que seguirán haciendo misas negras en ceremonias satánicas no oficialmente patrocinadas. Al fin de cabo no hay nada más sencillo que robar una forma consagrada en cualquier iglesia, un delito que no se persigue, porque para la ley civil se trata de un trozo de pan, que no cuesta ni un céntimo de dólar. Y recuerden que la batalla que se nos avecina es una batalla eucarística.
Eulogio López
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