- El atentado terrorista causó grandes daños materiales en la zona, ubicada en el barrio de Bab Toma, de mayoría cristiana.
- Fue obra de un supuesto suicida, que hizo estallar la carga explosiva que llevaba en medio de un grupo de personas que estaban recibiendo servicios médicos de caridad.
- Siguen las tensiones en Bangladesh: en el noroeste del país, los católicos han sido atacados repetidamente por grupos musulmanes, informa AIN.
- Desde la invasión norteamericana de 2003, Irak ha perdido la mitad de los cristianos, por muerte o por haber huido, cuenta la Fundación Pontificia.
Una fuente oficial explicó a Efe que el atentado "terrorista" causó grandes daños materiales en la zona, ubicada en el barrio de Bab Toma, de mayoría cristiana. En las cercanías del lugar donde se produjo la explosión se ubica también la oficina de una organización caritativa.
El ataque de este viernes es el último de una larga serie de coches bomba y atentados suicida en Damasco en las últimas semanas, perpetrados presuntamente por yihadistas, que son quienes están dispuestos a morir matando. En este momento, los yihadstas sirios están empeñados en hacerse con el control del país, en manos del régimen de Bashar al Asad (en la imagen), para instaurar la sharia.
Por otra parte, en Bangladesh, la fundación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) observa con gran preocupación la continuación de las tensiones en el país. "En la diócesis de Dinajpur, situada al noroeste del país, los católicos han sido atacados repetidamente por grupos musulmanes", según confirma Veronique Vogel, la responsable de India en la fundación.
Según expone el Obispo de Dinajpur, Sebastian Tudu, en el pueblo de Bulakipur, un centro misionero está vigilado por 30 policías. «Lo grave es que en tres pueblos que han sido atacados, los hombres ya no están en sus casas. Muchas mujeres y niños sufren y viven en un temor permanente», se dice en un escrito del Obispo Tudu, informa AIN.
Sobre esto, declara Veronique Vogel: "Desde hace meses, las fuerzas militantes están atrayendo a muchos adeptos en Bangladesh; es una evolución muy preocupante. Hace algunos meses fueron atacados budistas; ahora, son cristianos los afectados. Para ello hay motivos religiosos, pero también políticos". Sobre el trasfondo de los disturbios, Veronique Vogel expone: "Por ejemplo, en Bangladesh escasea el suelo; por ello, algunos grupos presionan a veces a la gente sencilla, para conseguir sus terrenos. Si además pertenecen a otra comunidad religiosa, en seguida surge un conflicto religioso-político. Bangladesh es un barril de pólvora, un país muy pobre con graves problemas sociales".
A comienzos de junio, el seminario católico de Dinajpur fue asaltado por musulmanes, que irrumpieron en el edificio, lo destrozaron y atacaron a los 25 seminaristas allí presentes. La diócesis presentó una denuncia; los candidatos al sacerdocio fueron acogidos provisionalmente en otro lugar. El trasfondo fue, posiblemente, una disputa entre familias musulmanas y cristianas en un pueblo vecino; a raíz de ello, un grupo de musulmanes se dirigió al seminario.
Es interesante conocer esta cifras que ofrece la Fundación Pontificia: Bangladesh es un país musulmán. El Islam es la religión oficial; aproximadamente el 90 por ciento de los 142 millones de habitantes son musulmanes, principalmente sunitas. Alrededor del 9 por ciento de los habitantes de Bangladesh son hindúes y solo un 0,3 por ciento, budistas y cristianos. Según las estadísticas, actualmente viven en Bangladesh 318.000 católicos.
También destaca AIN la situación que viven los cristianos en otro país, Irak. Desde la invasión dirigida por Estados Unidos en 2003, este país ha perdido más de la mitad de sus 800.000 cristianos: más de mil han fallecido víctimas de atentados sangrientos; cientos de miles han huido al extranjero. No obstante, en Mesopotamia sigue habiendo vida cristiana.
El padre Jens Petzold, alemán, incluso fundó aquí un convento el pasado año. «El Arzobispo Sako de Kirkuk, el actual Patriarca de la Iglesia católica caldea, nos invitó en 2011 a viajar a Suleymaniye. Lo aceptamos gustosamente».
Desde febrero de 2012, el religioso de la comunidad católica siria «Al Khalil» está construyendo un convento en la metrópoli kurda situada al noreste de Irak. Para ello se está remodelando una antigua casa parroquial. Numerosos cristianos de Bagdad y del sur de Irak huyeron de los ataques terroristas de Bagdad hacia los territorios autónomos kurdos, donde la seguridad es estable. Incluso llegan al norte una y otra vez cristianos procedentes de Bagdad. «No solo vienen por la seguridad.
En muchos casos, sencillamente no pueden hacer frente a los alquileres en la capital, que han crecido enormemente debido a la especulación». Dice el padre Jens: «Desde hace algún tiempo vienen también muchos cristianos extranjeros a trabajar en Suleymaniye; actualmente son unos 400. Trabajan aquí como empleadas del hogar, en las empresas de petróleo o en las grandes obras de construcción. Proceden, entre otros países, de Eritrea, Filipinas, Bangladesh o Gran Bretaña. Yo me ocupo de ellos por encargo de la comunidad». A pesar de esto, en Suleymaniye, una ciudad en alza de un millón de habitantes, la comunidad cristiana pasa naturalmente inadvertida, pues apenas cuenta con 1.500 personas.
«Es cierto. Aquí somos pocos; pero en el vecindario de nuestra iglesia se nos conoce; en el barrio, los cristianos tenemos una buena relación con los vecinos». Según refiere el padre Jens, mujeres musulmanas del vecindario ayudan económicamente a una viuda cristiana. Cuando, recientemente, falleció una cristiana anciana, acudieron al entierro muchas personas de entre los vecinos musulmanes. Él mismo experimenta una y otra vez el interés de los musulmanes por la fe cristiana y su forma de vida. «Lo típico es que los taxistas, cuando ven mi hábito, quieren saber por qué los religiosos vivimos el celibato.
Han oído hablar de ello, pero el celibato les resulta difícil de comprender. Les intento explicar que también el Islam conoce tiempos de continencia, por ejemplo el Ramadán. Además, en Irak existen comunidades de sufíes que viven el celibato».
Si bien hasta ahora no se ha cumplido la esperanza de conseguir vocaciones iraquíes para la comunidad, el padre Jens es optimista: «Independientemente de que haya gente joven que ingrese en nuestra comunidad o no, para nosotros es importante ayudarles espiritualmente y reforzar su identidad cristiana».
Entre los jóvenes cristianos iraquíes constata la existencia de un gran anhelo espiritual. «Para el próximo verano estoy preparando un campamento con unos 30 jóvenes de 16 a 28 años. Algunos son seminaristas; otros colaboran como catequistas en sus comunidades. Estaremos juntos una semana para leer la Biblia y descubrir la bella naturaleza en torno a Suleymaniye».
Para ello le será de ayuda el nuevo automóvil que compró la comunidad hace dos meses con el apoyo de la fundación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada. «Doy mis más emotivas gracias a todos los donantes. Ayuda a la Iglesia necesitada nos ayuda ya en la formación de uno de nuestros religiosos en Roma. El automóvil es ahora un objeto práctico, pero que resulta imprescindible. En Irak no se puede hacer nada sin automóvil; en los medios públicos de transporte se pierde mucho tiempo».
Impresionante la labor de estos misioneros en lugares donde se juegan la vida por difundir el Evangelio de Criso. E impresionante también la labor de Ayuda a la Iglesia Necesitada en favor de los cristianos perseguidos. Urgen oraciones por ambas intenciones.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com