Las maniobras oportunistas y las ocurrencias para salir del paso no engañan a nadie. La opinión pública desconfía profundamente de las medidas económicas impulsadas por Rodríguez Zapatero, convirtiendo en papel mojado el falso optimismo gubernamental sobre esa luz al final del túnel que nadie consigue percibir. Así se desprende de forma rotunda de las encuestas.
La gente expresa sin rodeos su pesimismo sobre la creación de empleo: seis de cada diez ciudadanos creen que el paro no empezará a bajar hasta 2013, e incluso tres de cada diez piensan que faltan cinco años o más para que comience a generarse empleo. Por contraste, el Ejecutivo promete en los presupuestos para 2011 -ya inservibles tras la nueva organización ministerial- que el año próximo se crearán 43.400 empleos netos.
Así pues, la distancia entre la calle y las instancias oficiales crece sin remedio, con unas consecuencias muy negativas: la salida de la crisis exige un clima de confianza en los actores socioeconómicos que este Gobierno es incapaz de generar, a pesar de las recientes operaciones de maquillaje político. Las drásticas medidas que le obligan a aplicar lo confirman.
Jesús D Mez Madrid