Los Presupuestos Generales del Estado para 2015 que elabora el equipo de Cristóbal Montoro bajan el IRPF (menos de lo que lo subieron en 2012, ciertamente) y eso es bueno. Asegura el socialista Jordi Sevilla (en la imagen) que eso es electoralismo. Pues que lo sea, señor Sevilla, con tal de que bajen los impuestos. Ahora bien, lo que sorprende, y mucho, es que en el país campeón del paro en Europa no descienda, salvo con cuentagotas, el primer impuesto que debería bajar, aunque suponga que otros suban, son los impuestos laborales. Sobre todo, las cuotas sociales.

No se atreve Rajoy a cambiar de modelo económico porque las cuotas sociales financian las pensiones y esas son palabras mayores.

Vamos hacia un mundo de cuentapropistas donde no habrá que buscar empleo sino crear el propio empleo. Pero Rajoy no se ha enterado.
Pues mire usted, mientras no encontremos otra forma de financiar las pensiones -lo cual, dicho sea de paso, exige retrasar la edad de jubilación a los 70 años, una media de lo más positiva- no habrá forma de solucionar el paro eterno de la economía española.

Al parecer en Europa no queremos enterarnos de que vamos hacia un mundo de autónomos y cuentapropistas, donde no habrá que buscar trabajo sino buscar el propio trabajo. Pero hay miedo, mucho miedo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com