En círculos monárquicos se habla del sorprendente protagonismo público de los Príncipes de Asturias. En la Familia Real el divorcio con doña Letizia es definitivo.

Círculos monárquicos han comentado a Hispanidad que el Rey estaría barajando la posibilidad de abdicar en su hijo Felipe, que pasaría a ocupar el Trono con el nombre de Felipe VI.

Hay datos y razones para la sospecha. Los datos son el cada vez mayor protagonismo SAR Felipe de Borbón y de su esposa, doña Letizia Ortiz Rocasolano. Ya no se dedica en exclusiva la toma de posesión de mandatarios iberoamericanos, sino que, por ejemplo, ha pasado a primera línea como representante de la Casa Real en los entierros de los atentados de ETA o en las catástrofes naturales. Otros años, los últimos días de julio ya pertenecían a las vacaciones del heredero, especialmente en Mallorca, adonde este año ha demorado su llegada.

Asimismo, protagoniza don Felipe y su esposa más contactos que antes con gobiernos regionales, mientras se acentúa la amistad del matrimonio Borbón-Ortiz con el Rodríguez-Espinosa.

Otro dato: los miembros de la Familia Real han roto sus relaciones con el heredero por mor de su esposa, doña Letizia Ortiz, quien se ha convertido en dueña y señora de La Zarzuela. Sus relaciones con SM la Reina doña Sofía no pueden ser más distantes y no es ningún secreto que una de las razones por las que los Duques de Palma se van a Estados Unidos es por sus cada vez más tensas relaciones con la futura reina de España.

Más sospechas sobre la posible abdicación. Si ésta se produce en vida del Rey nada habría que temer sobre posibles reclamaciones de la infanta doña Elena, primogénita de Su Majestad. Si Zapatero no ha reformado la Constitución sobre la prelación dinástica es porque, como bien aclaró don Felipe cuando nació su primogénita, doña Leonor, el sucesor ya está determinado, y la cuestión sálica no necesita plantearse hasta que él acceda al trono, momento a partir del cual la línea sucesoria quedará despejada en favor de Doña Leonor.

Más razones y  más sospechas. No es el estado de salud de SM el Rey Juan Carlos I lo que preocupa -aunque se acentúa su sordera y se multiplican sus despistes- sino su popularidad, en baja desde hace varios años. Este argumento es una espada de doble filo, porque en Palacio saben muy bien que la más impopular de todos sus miembros es la mencionada doña Letizia y que el heredero es menos querido que su padre. Ahora bien, también es cierto que Juan Carlos I ya no es aquel monarca incriticable y en que las páginas de la prensa aumentan los comentarios que ponen en duda demasiados juicios antes considerados indiscutibles. Como asegura una de esas fuentes, el Rey cada vez está más harto de todo.

Ninguna de las fuentes consultadas por Hispanidad se atreve a hacer afirmaciones taxativas sobre la abdicación, pero la sospecha es general en círculos monárquicos. ¿Y quién sería el personaje más contento con el cambio? Sin duda, el presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. Para la progresía española, Felipe VI es un rey mucho más progresista que su padre, es Felipe VI de PRISA. Y eso que, como decíamos ayer, el pueblo quiere ver en sus Reyes un modelo, no un ídolo. Otra cosa es lo que piensen los Señores de la Prensa, aparentes dueños de la opinión pública.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com