Interesante el fallecimiento el de Augusto Pinochet, porque, de entrada, sirve para recalcar varios asuntos:
1. De las dictaduras de derechas se sale antes que de las dictaduras marxistas. Pinochet dio paso a una Régimen democrático, mientras que los cubanos siguen esperando a que Fidel se muera. Del comunismo sólo se sale con una gran conmoción internacional, como la producida por la salida del muro y, además, se sale fatal. Chile se ha rehecho de la dictadura de Pinochet a toda velocidad, mientras que la miseria del comunismo ha puesto a puesto a prueba a pueblos enteros.
2. Baltasar Garzón, el mismo juez que no se atreve a encausar a Fidel Castro, dirige su humanista pensamiento hacia las víctimas de Pinochet, mientras recuerda que el derecho penal internacional perseguirá a todos los responsables de crímenes de guerra. Es algo que le agradece la gente de bien. Ahora bien, ya puestos, agradeceríamos que el tal derecho penal internacional, y en su nombre el juez Garzón, persiguiera a los tiranos en ejercicio, y no a los tiranos jubilados. Porque para esto de pisarle la cola al león después de muerto no se necesitan muchas agallas. Como decía Felipe González: Siempre he pensado que quien quería derribar a Franco del caballo, debió hacerlo mientras éste vivía. De otra forma, el alabado derecho internacional no impartirá justicia sino que ejecutará venganzas. Considerando las intervenciones de muchos comentaristas en la mañana del lunes (ver Resumen de Radio y TV de Hispanidad) uno diría que en ello estamos.
Eulogio López