Y lo mismo con Joan Rosell, también consejero B. El presidente de la patronal catalana es una especie de representante eterno de Cataluña. Ahora bien, ¿representa a la catalanidad o representa a La Caixa, propietaria del 5% de Endesa? Pues a los dos y a ninguno, Pizarro lo ha dejado en el terreno de lo vaporoso. Y queda un tercer consejero que ni se nombra ni se amortiza: simplemente queda pendiente.
Al final, Blesa ha tenido que transigir, aunque la batalla no ha concluido. El siguiente en mover ficha será La Caixa, que dependiendo de cómo se reorganice el sector energético antes de decir con qué eléctrica se queda.
Por cierto, José María Aznar no ha logrado poner orden entre sus dos amigos: Pizarro y Blesa. Mientras, en el PSOE insisten en que lo de Endesa es una pelea interna del PP.