En hora y media se consumó la gran batalla por Endesa, en medio de críticas a los amigachos de ZP y a los nuevos dueños de la eléctrica Se levantaron los blindajes y, tras dos años de pugna, terminó la batalla por Endesa: la constructora española Acciona y la eléctrica estatal italiana ENEL, que ya controlan cerca del 50% de la compañía, pagarán 40,16 euros a los accionistas que lo deseen y controlarán la empresa.

Era la despedida de Manuel Pizarro, convertido en un héroe para la derecha española y para los accionistas de Endesa, un personaje por el que, sin embargo, el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero no siente un especial afecto.

Pizarro dijo que el precio ofrecido por la coalición hispano-italiana era razonable, pero lanzó un dardo envenenado: recomendaba a todos acudir la oferta, no sólo por esa razón, sino porque era previsible que los nuevos modificaran la política de dividendo o compraran y vendieran activos de la compañía.

Eso seguro: hasta ENEL, que como empresa pública tira con pólvora del Rey, ha tenido problemas para financiar la OPA, mientras la deuda de Acciona se había lanzado hacia arriba. Por tanto, y además de los activos a transferir a E.ON, es probable que los nuevos propietarios vendan más. Y también que compren, porque nadie sabe lo que pasará dentro de 3 años, cuando se separen ENEL y Acciona, una constructora que cuenta con un parque eólico importante, así como con cooperativas de huertas solares.

Además, Pizarro aumentó los dividendos como forma de luchar contra la OPA de E.ON. El problema es que los nuevos dueños podrían reducirlos.

Por otra parte, la Junta sirvió para que los accionistas se despacharan a gusto. Una palabra obtuvo éxito: "Los ‘amigachos' de ZP". En un corro, otro accionista preguntaba cuánto se había llevado los intermediarios, en posible referencia a David Taguas, director de la Oficina Económica de Moncloa y fautor del acuerdo con ENEL. Los de más allá afirmaban que ZP le había entregado la joya de la corona a  Romano Prodi. Otro accionista, en un críptico mensaje, recordó que Cubiertas, empresa anterior de los Entrecanales, era paraestatal, forjada con dinero público. Varios titulares se refirieron a Gas Natural y a su presidente, Salvador Gabarró, como responsable de haber iniciado todo el proceso.  Un último accionista resumía el ambiente reinante en tres preguntas dirigidas a la Mesa: ¿quién autorizó la operación, quién se había beneficiado y cuánto había cobrado?  

Fin de fiesta: Manuel Pizarro volvió a calificar a su consejero delegado, Rafael Miranda, como un hombre "honrado, trabajador y leal". ENEL quería que se quedara Miranda, pero Acciona no lo permite.