En el momento de las despedidas todos somos buenos. Al menos eso es lo que ha ocurrido en la mañana del lunes, en la patronal eléctrica UNESA. Se despedía Íñigo Oriol, que, como informaba ayer Hispanidad, ha querido adelantar su marcha dos años y retirarse de la patronal como presidente de Iberdrola. Al final, no cuajó la opción de Pedro López Jiménez, presidente de Endesa, para sustituirle, y se queda de forma interina Pedro Rivero, un hombre que lleva dos décadas como primer ejecutivo de la casa.
Lo más llamativo fue que en la trascurso de la Junta Directiva, tomó la palabra el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, para pedir que constara en acta el agradecimiento de todos por la labor realizada pro Íñigo de Oriol durante 30 años, tanto en UNESA como en el conjunto del sector eléctrico. No sólo eso, sino que Pizarro quiso hacer extensiva la felicitación a toda la familia Oriol, ligada al sector energético desde hace varias generaciones.
Lejos quedan el enfrenamiento, con palabras gruesas, producido entre Pizarro y Oriol tras la OPA de Gas Natural sobre Endesa, el 5 de septiembre de 2005.