El día de reflexión de la campaña electoral para elegir los componentes del Parlamento Catalán, leía, en uno de los diarios locales de Girona, un artículo sobre la visión que de los políticos, las elecciones y la vida social tienen los jóvenes catalanes.
Como profesional, que ha dedicado más de treinta y cinco años a la educación de adolescentes, me sentí francamente fracasado. Has perdido el tiempo, me dije. Sigo la campaña por Polonia, decían algunos de los jóvenes que intervenían. Polonia es un programa humorístico de la televisión pública catalana de bajo nivel que en algunas ocasiones y con algunos políticos llega al sarcasmo. En general se sienten muy alejados de los políticos y la mayoría no irá a votar, era un subtitular del artículo escrito a modo de conclusión.
Me pregunto: ¿qué hemos hecho de la democracia aquellos que en los años 70, jóvenes nosotros, creíamos en ella a pies juntillas? Cierto que los medios de comunicación no ayudan, que Internet cierra las puertas a los demás, que, pero estos medios están dirigidos por los jóvenes de hace 30 años. A pesar de todo y sin rehuir mi parte de culpa, pienso que es una lástima que los jóvenes no sean jóvenes, que no tengan ideales, que no les importe la política, -la rex pública-.
Pobre sociedad en la que su juventud piensa que no vale la pena ir a votar.
Jesús Domingo Martínez