Es sorprendente que ahora se nos intente presentar como cabeza de turco del gasto público a las diputaciones cuando son el chocolate del loro, un ratón en comparación con ese auténtico elefante del despilfarro que son las autonomías.
Sólo un dato que permite hacerse una idea: las empresas públicas controladas por el gobierno autonómico catalán y que se han multiplicado por tres en las últimas legislaturas ya suman más empleados y gastos que todas las diputaciones de España juntas.
Seamos serios: si quiere atajarse el problema del déficit público es absurdo entrar con una tijera en las diputaciones cuando lo que debería hacerse es entrar con toda la maquina de podar en ese foco del derroche que son las autonomías.
José Aparicio