La mala situación de Sogecable obliga a encontrar sinergias, emitiendo los mismos contenidos por distintos soportes, también por ADSL. Digital no tiene 2,2 millones de clientes, sino 1,98. Polanco exigió a su sobrino, Polanquín, el cese de Santiago Tapias, director de marketing, y le advierte que José Goizueta, director general comercial, podría ser el próximo. Las propuestas de Rolando Balsinde (Mckinsey) no dan resultado. Cebrián aprovecha la situación para aferrarse al sillón: culpa a Polanquín de la elevada deuda, cuando la generó él con la ampliación de capital
El editor más importante de España, Jesús Polanco, tiene muchos frentes abiertos, justo cuando intentaba pergeñar una sucesión ordenada. El mayor de ellos es Digital el monopolio de la TV por cable. Si alguien, incluido su mayor enemigo Rupert Murdoch, viniera ahora con una buena oferta sobre Digital se le vendería con mucho gusto.
El fracaso de la TV digital vía satélite, a pesar del monopolio que le permitió Aznar a Polanco, al fusionar Canal Satélite Digital (PRISA) con Vía Digital (Telefónica) no ha servido para lanzar la TV en España. De hecho, la penetración de la TV de pago en España es la mitad que la media europea. Sogecable no tiene 2,2 millones de abonados, sino 1.980.000.
Conclusión: a Jesús Polanco se le ha agotado la paciencia y ha exigido a su sobrino, Javier Díez Polanco, conocido como Polanquín, que rueden cabezas. La primera ha sido la del director de marketing, Santiago Tapias, pero aún pende la amenaza sobre José Goizueta, director general comercial de la Plataforma y hombre de máxima confianza de Polanquín. Goizueta se defiende recordando que El Corte Inglés es el mero colocador de Digital , y que eso es un logro suyo (su hermano es directivo de los grandes almacenes), pero el caso es que el futuro es de lo más incierto.
Así que Polanco se ha ido a su socio, César Alierta (17% del capital de Sogecable) para pedirle que aguante el tirón y que incluso no piense en desinvertir antes de lo previsto. La verdad es que la primera respuesta de Alierta consistió en pedirle al mago de la telecomunicaciones de Mckinsey, el mexicano Rolando Belsinde, que presente un plan de negocio que, al parecer, ha sido echado abajo por el equipo Polanquín. De esta forma, el propio Alierta conseguía sus sinergias, dado que la operadora paga a Mckinsey más de 16 millones de euros al año por sus servicios, no muy valorados en Prisa.
Total, que Polanco apretó el acelerador: le pidió a Alierta, y esto es lo más importante, fusionar Digital con la plataforma de IP-TV de Telefónica, Imagenio. Empleamos la palabra fusión por comodidad expositiva, aunque es claro que no se pueden fusionar un servicio de una compañía con una sociedad anónima. No, lo que quiere Polanco es conseguir sinergias para rentabilizar los elevados costes de compra de contenidos. En otras palabras, que Imagenio emita los contenidos de Digital . Todo el mundo sabe que los 400.000 abonados de Imagenio se podrían disparar en breve plazo si Telefónica quiere. Por cierto, ahora mismo esa fusión no puede hacerse con las condiciones impuestas por el entonces vicepresidente Rodrigo Rato, al matrimonio entre Canal Satélite Digital y Vía Digital. Habría que modificar esas condiciones. Pero la larga mano de Polanco es capaz de convencer al secretario de Estado de Comunicaciones, Francisco Ros, de que le haga un apaño.
Al mismo tiempo, Polanco exige a Goizueta que reforme la oferta a los usuarios. Ahora mismo, el coste medio para el usuario de Digital es de 70 euros al mes, pero muchos estarían dispuestos a pagar por recibir menos, es decir, si se trocea la oferta: menos contenidos por menos dinero.
Y es que, como afirma JP Morgan, para Sogecable, los catalizadores de la acción serán los derechos de retransmisión, el crecimiento en abonados y ARPU de la división de pago, su canal Cuatro, los posibles acuerdos con operadores de televisión por internet y la evolución de los canales de televisión en abierto digitales y por la red. Lo que ocurre es que en Telefónica piensan que la TV por satélite no tiene mucho futuro, y que la TV por Internet se la va a comer viva. Eso sí, los derechos los tiene Polanco.
Más. Así que Polanquín está en horas bajas, justo cuando Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, se niega a retirarse cuando Jesús Polanco abandone la Presidencia. Por ejemplo, Cebrián acusa a Polanquín de otro de los problemas graves de Sogecable: su disparata deuda, que supera con creces los 1.100 millones de euros. Lo curioso es que fue Juan Luis Cebrián quien se empeño en que Prisa pasara del 25 al 40% del capital de Sogecable. De la mano de Morgan Stanley embarcaron a la empresa en una locura innecesaria.
Por cierto, el nombramiento de Ignacio Polanco como vicepresidente no agota, ni de lejos, los problemas sucesorios de PRISA-Sogecable. Por ahora, su Vicepresidencia no tiene contenido.
Al final, todo el problema estriba en una pregunta básica: ¿seguro que la TV de pago, aún en régimen de monopolio, resulta rentable?