Publicamos a continuación la segunda parte de la serie de artículos sobre la erradicación de la pobreza en México, que están siendo publicados en el portal de internet www.yoinfluyo.com. El siguiente es del Rector de la Universidad de Guanajuato, Arturo Lara.
En el ámbito global, la pobreza es tal vez el mal que más agobia a la población mundial, ya que ella es causa y efecto de muchas otras anomias que laceran a sociedades enteras en los cuatro puntos cardinales de nuestro planeta.
Se calcula que durante la última década del siglo pasado y debido a las precarias condiciones de vida de núcleos importantes de la población mundial, uno de cada tres niños estaba subalimentado, alrededor de tres millones de infantes murieron cada año de enfermedades ligadas a condiciones de pobreza, y un millón de mujeres fallecieron anualmente por problemas de salud vinculados a la reproducción. Además, más de mil doscientos millones de personas carecían de suministro de agua potable y de condiciones de vivienda adecuadas, y mil millones de adultos en el mundo entero no sabían leer ni escribir (Kliksberg, 1993:1).
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo pinta un escenario extremadamente desolador en lo relacionado a las polarizaciones sociales en el mundo : al finalizar el siglo XX, el 20% más rico de la población del planeta poseía el 82.7% del Producto Bruto Mundial, el 81.2% del comercio mundial, el 94.6% de los préstamos comerciales, el 80.6% del ahorro interno, y el 80.5% de la inversión interna. La tendencia fue, y continúa siendo, una desigualdad creciente. Según la misma fuente, las distancias entre el 20% más rico y el 20% más pobre de la población mundial se duplicó en las tres últimas décadas del siglo pasado (Klinksgerg, 1993:7).
En el contexto nacional, México es un país de grandes y profundos contrastes; los indicadores de pobreza que se observan están muy por encima de lo esperado en un país con el grado de desarrollo que tiene México. A título de ejemplo, durante la última década del siglo anterior la tasa de analfabetismo en los ocho estados más pobres del país equivalía a 22%, mientras que la media nacional era de 12.5%. La población que no disponía de agua corriente era de 36% en el primer caso, y de 21% en el segundo caso (Lustig, Székely, 1998:587).
Según Lustig y Székely (1998) y como resultado de la última crisis económica de finales de 1994 y principios de 1995, la población en pobreza extrema aumentó un 20%, mientras que la población en condiciones de pobreza moderada aumentó un 12%. Las proyecciones de los autores mencionados predicen que la pobreza moderada en México al finalizar el actual 2005 será de alrededor de 27% de la población total nacional, mientras que la pobreza extrema será de alrededor de 13% del total nacional (Lustig, Székely, 1998:597), es decir que por lo menos 40% de la población total del país no contará con las condiciones necesarias y suficientes para llevar una vida sana y digna; estas condiciones son mucho más dramáticas en el medio rural que en el urbano.
Para otros autores, la pobreza en México adquiere una dimensión más generalizada e intensa de lo que comúnmente se piensa. Según Boltvinik y Hernández (2000) y siguiendo su propuesta de análisis de las estructuras de la pobreza en un momento del tiempo, más de dos terceras partes de la población nacional (70.6%) son pobres, y cerca de la mitad de ella es pobre extrema (44.7%); por otro lado y en el otro polo, 11.4% de la población mexicana pertenece a la clase media y sólo 5.5% a la clase alta (Boltvinik y Hernández, 2000:22).
Sea cual fuere la realidad de la pobreza en nuestro país según los autores mencionados, o cualquier otra propuesta ubicada entre las dos anteriores, la realidad es que en nuestro país, sociedad y gobierno no pueden abstraerse de esta enfermedad social que inhibe el desarrollo integral del ser humano y obstaculiza toda posibilidad de crear y convivir en un mejor país para todos.
LA POBREZA: ENSAYO DE DEFINICIÓN
La pobreza presenta una gran complejidad en su definición, dado el gran número de aspectos que la conforman y condicionan; en contraposición a lo anterior, la pobreza se ha vuelto un fenómeno muy cotidiano, tanto por la magnitud de su presencia, como por la intención de su análisis y estudio. El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española define la pobreza como necesidad, estrechez, carencia de lo necesario para el sustento de la vida.
Para el Premio Nobel Amartya Sen, la pobreza debe ser vista más en términos del fracaso de capacidades que en términos del fracaso para satisfacer las necesidades básicas de determinados bienes de consumo. Según Sen, los estudios sobre necesidades básicas y los análisis sobre la calidad de vida han sido enormemente provechosos para orientar la atención hacia las privaciones de bienes y servicios esenciales, y su papel fundamental para la vida humana (Sen, 2000:126).
El Banco Mundial apoya la noción de que la pobreza abarca múltiples dimensiones y tiene que ver tanto con las condiciones futuras en términos de riesgos y posibilidades- como con las actuales. Los estudios de Voices of the Poor encontraron que la pobreza significaba carencia de medios materiales, pero también significaba muchas otras cosas más, en especial mala salud, exclusión social y aislamiento, inseguridad y sentimientos de impotencia, desamparo y frustración (Narayan, en, Banco Mundial, 2004:3).
En el ámbito nacional, la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de México define la pobreza a partir de un umbral llamado línea de pobreza, el cual se delimita mediante la valoración monetaria de una canasta de bienes y servicios considerados básicos, y su comparación con los recursos de que disponen los individuos o los hogares para adquirirla; si tales recursos les resultan insuficientes, se considera que la persona (o el hogar) se encuentra en condiciones de pobreza (Cortés et. al., 2002:6).
Para otros autores, la pobreza está asociada a un estado de necesidad, de carencia; dicha carencia se relaciona con lo necesario para el sustento de la vida (Boltvinik y Hernández, 2000:31).
Dr. Arturo Lara López, Rector de la Universidad de Guanajuato, Presidente del Consejo Regional de ANUIES Región Centro Occidente
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