Era su rueda de prensa del año. Y no se la preparó. Incluso fue coloquial. Que si tenemos dinero de sobra, que si el dinero invertido hasta ahora en el proceso de reestructuración era de risa, que si me río por qué no sé pronunciar el nombre de Van Rompuy, que si voy a decir tres temas y me olvidó de uno y me río de mi mismo. Penoso.
Sólo caben dos alernativas: O MAFO es tonto o no compartía las pruebas de estrés. MAFO no es tonto. Cuando se quiere preparar algo, se lo prepara, se lo estudia, mide las palabras, lanza los mensajes medidos. No fue el caso del viernes. Y no lo fue porque el gobernador no compartía el criterio de Zapatero de hacer públicos el 100% de los resultados. ¿Por qué? Porque alguna pequeña saldría mal en la foto. Y al final, la foto paneuropea es que de las 7 entidades con potenciales problemas, 5 son españolas. Mala foto. Y ahora, explícale a los mercados, diles que nuestras pruebas eran más exigentes que las de los demás, que nosotros hemos sido más transparentes que el resto, etc. Cuando tienes que dar explicaciones, malo. Por eso MAFO no confíaba en que a la apertura del mercado vaya a haber euforia. Más bien descontaba lo inverso. Un episodio más de los desencuentros entre presidente y gobernador. Y por cierto, siempre gana el mismo: el presidente. Como en el caso de CajaSur. ¿Quién esperaba que fuera a ser la BBK quien se hiciese con CajaSur si no fuese en pago político a una eventual alianza? Eso sí, los vascos lo ponen caro y votaron en contra del techo de gasto. Para que se vaya enterando Zapatero.