Justo cuando en España se desataba la polémica de la educación diferenciada, esta vez a raíz de una decisión del Supremo que no avala los conciertos educativos a este tipo de centros, en Gran Bretaña, paradigma de la buena educación, se conocían los resultados de las pruebas de acceso a la universidad, los A-Levels.
No ha habido sorpresas: entre los mejores resultados, numerosos centros educativos solo de chicos o solo de chicas, con la particularidad de que algunos son privados y otros públicos.
Muchos españoles desearían que sus hijos pudieran recibir una educación tan buena como la británica. Mientras tanto, en nuestra propia casa nos afanamos por tirar piedras sobre realidades que forman parte de la libertad educativa, como es la educación diferenciada, en vez de concentrarnos en mejorar un sistema que está claro que ha fracasado.
Jesús Martínez Madrid