Al diputado Juan Cotino, que para su juramento como Presidente de la Nueva Cámara de Valencia el pasado día 9 solicitó un crucifijo para colocarlo junto a la Constitución y a la Biblia, le ha valido la crítica de algunos parlamentarios de izquierda, sectores de la prensa como El País y El Plural, y algunos grupos en Valencia.
Tal vez quieran eliminar el crucifijo por lo que nos representa a los cristianos. Pero estoy segura de que Juan Cotino lo ha puesto ahí para poder verlo y saber en todo momento que debe servir a la Verdad, que debe servir al Amor, que sus actuaciones deben ser siempre respetuosas, honradas y honestas.
La Cruz nos habla de Jesús, nos remite a Él. La Cruz es el símbolo de su vida, de su amor entregado, de su compasión sin límites. La Cruz es la cifra que compendia su servicio a los hombres -a los pobres, a los pecadores, a los heridos por la vida- y que resume de modo más perfecto su sacrificio, su generosidad sin límites. ¿Será por eso el miedo a la Cruz?
Rita Villena