La ideología de género, en lugar de corregir lo que puede ser una equivocada interpretación de la biología, de la psicología y de la experiencia humana, opta por otra vía: la de rechazar, directamente, toda diferencia basada en la dualidad sexual.
Por ello, cae en un igualitarismo, completamente ajeno a la realidad.
En definitiva, el modelo igualitarista, al anular la especificidad del varón y de la mujer, su identidad y originalidad características, vuelve (de nuevo) la espalda a la realidad, tornándose también contraproducente.
Ello se advierte, de manera especial, en la corriente de pensamiento que algunos han denominado postfeminismo de género o ideología de género.
Pedro García