Harry Potter, creo, se marcha. Menos mal. El niño mago, además de un peñazo insufrible -con decirles que mi personaje favorito siempre fue Draco Malfoy-, ha cumplido una triste función: convertir el inhumano mundo de la magia en el terreno de la normalidad.

Vamos, de lo políticamente correcto. Su batalla con los magos malos ha hecho olvidar que no existe la magia blanca: toda magia es negra en mayor o menor proporción.

En 1999, el todavía cardenal Ratzinger concedía una entrevista al semanario 30Giorni sobre la superchería, que acaba de editar Planeta Testimonio (Nadar contra Corriente). Un personaje tan ponderado como el actual Papa, emplea palabra de grueso calibre cuando analiza la superchería. De entrada, recuerda eso: que todo ocultismo tiene, al fondo, más o menos al fondo, al padre de la mentira como principal mantenedor. Incluso cuando se le pregunta por prácticas tan aceptadas como el horóscopo, el yoga, el mantra, etc., Ratzinger es taxativo: "Si un individuo ha entrado en lo que el Señor llama 'pecado contra el Espíritu Santo', como aversión a Dios y maldición del Espíritu de Dios abriéndolo a la acción del demonio, aquí puede que se realice lo que el Señor indica como punto de no-regreso".

Y añade que casi todas estas sectas y grupos, de los que Harry Potter no es sino una recreación literaria, tratan de liberar a las personas del mal, del demonio -o sea, de lord Voldemort y el bueno del padre de mi Draco- pero es el demonio quien "debido al contacto de algunos con la magia y el ocultismo, se ha apoderado realmente de ellos".

El entrevistador recuerda al futuro Papa que en Italia existen 100.000 magos frente a 38.000 sacerdotes y que las llamadas anuales al horóscopo telefónico suman 10 millones.

Para el Papa el yoga sólo es admisible cuando se queda en mera actividad muscular, sin convertirse en ideología. Pero generalmente no se queda ahí sino que acude a una filosofía, donde, según Ratzinger, y como ocurre en todo tipo de orientalismos panteístas, el hombre no busca acercarse a Dios sino ser absorbido por el Dios material: "Detrás de esa actitud existe la voluntad de tener a Dios en las manos en lugar de ponerse en las suyas".

Que no, que la obra de J.K. Rowling es cualquier cosa menos inocente. Y, además, añado yo, que no soy Papa, un pestiño de mucho cuidado. Sobre todo los buenos de la serie.

Eulogio López

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