Sr. Director:
Las autonomías del PP y del PSOE compiten para hacer de nuestros niños, antes y mejor, unos pequeños monstruos.

 

La Ley de Salud Sexual prevé que, mientras los pequeños aprenden a dividir por dos, mejoran su caligrafía y memorizan las reglas ortográficas, se instruyan en mirar a sus compañeros de pupitre con ojos nuevos, como objetos de uso y abuso sexual.

En efecto, la masturbación (solo o en pareja, homosexual o no), el orgasmo, el sexo oral y anal y otras aberraciones, forman parte de la asignatura de Educación Sexual que se impartirá de forma obligatoria a los niños a partir de 11 años y del próximo curso. Se acabaron las canicas, los gogos, las cartas y los cromos. Ahora se jugará a practicar la lección de cómo meterse mano y a intentar el orgasmo más satisfactorio. Las miradas infantiles perderán su inocencia, ensuciadas por viciosos maestros de corrupción. Se prevé un aumento de niños adiestrados en técnicas sexuales con la consiguiente proporción de violaciones entre menores, como ya viene sucediendo en países que imponen materia sexual desde edades precoces.

Y eso es algo que los padres no podemos tolerar.

Isabel Planas