Sr. Director:
Leer en El País la noticia de que la Generalitat de Catalunya prevé retirar el concierto económico a las escuelas con educación diferenciada me ha dejado preocupada. No por el hecho en sí, sino por la actitud de fondo del "conseller" Bargalló. No me veo con fuerzas para entablar una discusión sobre las bondades de la coeducación y de la educación diferenciada, no creo que sea éste el tema, porque tengo entendido que son opciones perfectamente compatibles en una sociedad democrática.
Me preocupan expresiones como segregación –la verdad es que me recuerda a la Sudáfrica en la que Nelson Mandela pasó unos cuantos años en la cárcel-. Me preocupa que el cambio prometido por el nuevo Gobierno, tan esperado, se traduzca en medidas como ésta. Me preocupa que un partido democrático, que tiene la obligación de cargar sin piedad contra cualquier imposición, contra la falta de diálogo, quiera sepultar de un plumazo un derecho tan radical en una sociedad libre como el de elegir escuela. Me preocupa que una sociedad que se llama plural quiera eliminar la pluralidad del sistema educativo. Por otro lado, me preocupan las familias que llevan a sus hijos a estas escuelas, puesto que muchas de ellas se encuadran en el grupo de las que deben hacer esfuerzos para llegar a fin de mes, y la retirada del concierto supondría un duro revés para sus economías.
Me preocupa, en definitiva, que se impulsen este tipo de medidas, porque van directamente contra el interés general. Si en un tema tan delicado cómo la educación actúa así, ¿quién nos garantiza que en otros asuntos el Gobierno actuará con sentido común y pensando en el bien de la sociedad?
Sonsoles Vila
SVila@iese.edu