El estado del mundo es cada vez más oscuro -violencia por todos lados, pérdida de valores, ataques contra la vida y la familia, programas de televisión, películas y anuncios que van directamente en contra de la ley de Dios…- ya no podemos ignorarlo más. Si nos quedamos con los brazos cruzados, ¿que será de la próxima generación?

 

Pero ¿cómo podemos cambiar el rumbo del mundo en una situación tan imposible? Sólo recurriendo a la Divina Misericordia, tal como Jesús le dijo a Santa Faustina:

Mi misericordia es más grande que tu miseria y la del mundo entero. Permití que Mi Sagrado Corazón fuera abierto por una lanza, y abrí la Fuente de Misericordia para tí. Ven y toma las gracias de esta fuente con el recipiente de la confianza (Diario de Santa Faustina, 1485).

La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia (Diario, 699).

Jesús es un Redentor Misericordioso que quiere que salgamos victoriosos. Esta victoria comienza en el descubrimiento de Su Amor y Su Misericordia infinitos. Asimismo manifestó a través de Santa Faustina Su deseo de que se estableciera una fiesta en honor a Su Misericordia -que efectivamente fue instituida por Juan Pablo II, el Domingo después de Pascua-.

En este día se abren las puertas de la Divina Misericordia para que las almas debidamente preparadas puedan recibir remisión completa de sus pecados. ¡Como un segundo Bautismo!

Te invitamos a unirte con nosotros durante esta Cuaresma en una preparación de 40 días para esta gran Fiesta de la Divina Misericordia. Comenzando el 7 de marzo, habrá meditaciones diarias en la página www.familyland.mx, tomadas de los escritos de Juan Pablo II y los mensajes de Jesús a Santa Faustina, no sólo para penetrar y experimentar este misterio insondable de Nuestro Dios, sino también para implorar un desbordamiento de Su Misericordia sobre nuestras familias, sobre nuestro país y sobre el mundo entero.