Los terroristas y quienes les apoyan han conseguido una victoria no menor, que es la de pervertir el lenguaje. Este fin de semana han organizado uno de sus habituales paripés para apoyar a los supuestos "presos políticos".
Que yo sepa los políticos de verdad no se dedican a poner bombas, asesinar y dejar viudas y huérfanos. Es inimaginable que en cualquier otro sitio del mundo se convocara una manifestación en defensa de delincuentes. En cambio, en el País Vasco se organizan en apoyo a aquellos que han delinquido y en muchos casos han cometido el peor de los delitos que es acabar con la vida de otro ser humano simplemente por pensar diferente.
La sociedad vasca debe reaccionar ante esta degradación moral de aceptar como normal lo que en ningún otro sitio lo es. A las cosas hay que llamarlas por su nombre: al pan, pan y al vino, vino. Y al asesino, asesino y no "preso político".
Carmen Blanco