Critica las medidas aplicadas por el Gobierno y reclama un plan integral, coherente y estructurado.
Primero fue MAFO quien dio la voz de alarma; más tarde fue desde el FMI; hoy es el Instituto de Estudios Económicos el que golpea por doquier los Presupuestos Generales que ha propuesto el PSOE y que todo parece indicar que se aprobarán en unos días.
Como decía José María García, se puede decir más alto, pero no más claro. El director de Servicio de Estudios, Gregorio Izquierdo, ha calificado los presupuestos de malos, equivocados, decepcionantes o desaprovechados.
Según el IEE, con estos presupuestos lo único que se busca es ganar tiempo y confiar en que la recuperación internacional conlleve una mejoría en la propia economía española. Sin embargo, esta confianza en que el problema se solucione por sí mismo, como consecuencia de los ciclos que sufra la economía es un riesgo y además una muestra de incoherencia: ponerse en manos de la recuperación pero no hacer nada por ella.
Además se han criticado las medidas actuales que ha emprendido el Ejecutivo para reducir el déficit público. Para el Instituto, la solución más apropiada no consiste en aumentar la presión fiscal, que repercutirá negativamente en el crecimiento económico, sino que debe ser la reducción del gasto público. Y es que el peso del déficit público, especialmente el de las Administraciones Territoriales es una lápida para la economía española. Por ello abogaban también por llevar a cabo ciertas privatizaciones de servicios que el Estado ya no debería asumir como las loterías, AENA o la unión de algunos municipios.
En definitiva, han mostrado una total desconfianza con las previsiones del Gobierno, entre ellas las cifras del PIB y la tasa del paro, han criticado las medidas emprendidas y los han calificado como presupuestos electorales.
Lo incomprensible es que después de todo esto, todavía se haya llegado a un pacto. Aunque quizás no es tan incompresible: ahora mismo Zapatero quiere seguir dos años más donde está y al PNV la situación de España le importa tres pimientos.
Juan María Piñero
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