Curioso, porque unos presupuestos -y el prefijo pre así lo explica- no se hacen para ser modificados: se trata de unas previsiones que se pretenden aguanten hasta el 31 de diciembre de 2011.
Con ello, el Ejecutivo Zapatero muestra su actual cara: dar palos de ciego. La impresión es que esos PGE no se lo cree ni el propio Gobierno. A mí me parece poco serio, un síntoma de frivolidad, que es la idea que me ronda la cabeza cada vez que oigo hablar al señor Zapatero.
Eulogio López
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