- El Gobierno alemán admite que su economía "probablemente" se desaceleró en el segundo trimestre, pero hasta el jueves no se conocerá el dato oficial del PIB.
- Sin embargo, tienen identificados a los posibles causantes: un comportamiento más débil de lo previsto en la zona euro y los conflictos de Ucrania y Oriente Próximo.
- La confianza de los inversores germanos se da el batacazo en agosto, pues cae hasta los 8,6 puntos, su nivel más bajo en los últimos dos años.
- Por su parte, los empresarios también confían menos, ya que su índice se situó en julio en 108 puntos, su peor registro desde octubre de 2013.
- Mientras, el mercado parece no tener tantas dudas y el Tesoro alemán vuelve a emitir deuda a intereses negativos.
Como si de un motor se tratara -aunque no hay dudas de que lo es para la Unión Europea (UE)-, la economía alemana parece que se ha empezado a gripar, es decir, a bloquear. Pues la locomotora germana, que conduce la canciller Angela Merkel (en la imagen), empieza a sembrar dudas sobre el estado de salud de sus engranajes -o lo que es lo mismo, sobre sus finanzas-.
Por ello hay que preguntarse si se cierne la sombra sobre la economía germana o lo que es lo mismo si esta, hasta ahora, robusta y potente locomotora se dispone a entrar en el túnel. Esto resultaría un tanto paradójico y máxime cuando la economía española empieza a salir del subterráneo y ya ve cierta luz. A continuación se exponen algunos indicadores que sustentan la cuestión planteada.
El Gobierno germano ha admitido que su economía "probablemente" se desaceleró en el segundo trimestre, ya que así lo refleja el Ministerio de Economía y Energía alemán en su informe mensual. Estas previsiones del departamento, que dirige Sigmar Gabriel, tendrán su contestación el próximo jueves, cuando la oficina de estadística Destatis publique el dato oficial del Producto Interior Bruto (PIB) germano correspondiente al periodo de abril a junio.
Los analistas consideran que el PIB va a tener una contracción del 0,1% en el segundo trimestre, bastante por debajo del fuerte crecimiento experimentado entre los meses de enero a marzo ( 0,8%). De confirmarse, sería el primer retroceso que sufre el PIB alemán desde el año 2012. Además sería la primera vez, en el último lustro, que la economía española tiene un mejor comportamiento que la germana, pues en el segundo trimestre creció un 0,5%, según el Banco de España y un 0,6%, según adelantó el Instituto Nacional de Estadística (INE) -dato que se confirmará el próximo día 28-.
Sólo el tiempo dirá si esto es así o no, así que habrá que tener un poco de paciencia, pero de ser cierto, el primer ministro italiano Matteo Renzi, debería reconsiderar su modelo, que "no es España, sino Alemania". Recuerden que Italia entró en recesión la semana pasada, pues su PIB cayó el 0,2% en el segundo trimestre. Sin embargo, el país germano parece bastante tranquilo, pues tiene identificados a los posibles causantes: el comportamiento más débil de lo previsto en la zona euro, así como los conflictos de Ucrania y Oriente Próximo.
A todo este panorama hay que sumar los indicadores de confianza económica. La de los inversores germanos, elaborada por el Instituto de Investigaciones Económicas ZEW, se ha dado el batacazo en agosto, pues ha caído hasta los 8,6 puntos, frente a los 27,1 que registró el mes anterior. Así ha logrado su nivel más bajo de los últimos dos años. Por su parte, el índice de confianza de los empresarios alemanes, elaborado por el Instituto de Investigaciones Económica de Múnich (Ifo), se situó en julio en 108 puntos, su peor registro desde octubre de 2013. Mientras, por el contrario, el mercado parece no tener tantas dudas y el Tesoro alemán ha vuelto a emitir deuda a intereses negativos. En concreto ha colocado bonos a seis meses por 1.431 millones de euros en el mercado de deuda y mantuvo otros 569 millones en el mercado secundario, es decir, en total 2.000 millones.
Cristina Martín
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