Sr. Director:
En declaraciones al diario Rosario 12 formuladas a comienzos de este año, el abogado Ricardo Lorenzetti, propuesto por el presidente Kirchner para ocupar otra vacante en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, anticipó cuál sería su posición frente al aborto, de ser designado miembro de la Corte.
Manifestó al respecto: Creo que la Corte debe ocuparse en buscar un consenso básico en la sociedad. Los ministros de la Corte deben aportar la sabiduría y esto consiste en saber encontrar el punto medio en cada conflicto y cuando son temas sensibles hay que tener un gran cuidado en hallar el punto de equilibrio. Casualmente presidí la Comisión sobre el comienzo de la vida en un encuentro organizado por la Universidad Nacional de Rosario y la Católica, donde había posiciones muy encontradas. Las dos grandes líneas que hay son en pro de la defensa de la vida humana contra la del aborto y el otro que es derecho de las mujeres. Allí hemos logrado puntos de consenso y de equilibrio que se plasmaron en conclusiones bastante coincidentes. Es decir, estos temas no se solucionan tomando posiciones, sino buscando puntos de encuentro. (...) Por eso, el gran esfuerzo es encontrar esos consensos (Rosario 12, 09-01-04).
Según la misma nota periodística, en el currículum de Lorenzetti consta que se desempeña como profesor en las universidades de Buenos Aires, Austral, Católica de Rosario, de Belgrano, de Salamanca, de Roma Tor Vergata, de San Pablo, de la República de Uruguay, de Arequipa y de la Católica de Valparaíso.
Por lo visto, Lorenzetti se enrola en el relativismo ético, políticamente correcto, para el que no existe un orden natural absoluto e inmutable, que vincule a todos los hombres de buena voluntad, cualquiera sea el tiempo histórico en el que vivan. La vida del niño no nacido -el más inocente de los seres humanos-, para Lorenzetti no merece un respeto absoluto, depende de acuerdos, de consensos mudables, de opiniones transitorias. Y todo esto en aras de una civilizada convivencia social, lo que representa una peligrosísima contradicción. Si para Lorenzetti el crimen abominable del aborto es un tema consensuable, cualquier crimen contra la persona humana puede justificarse.
La nominación de Lorenzetti, confirma que el derecho a la vida del niño no nacido no es un valor fundamental para el Gobierno de Kirchner. No olvidemos que este año el presidente hizo nombrar para la misma Corte Suprema a los jueces abortistas Zaffaroni, Argibay y Highton (NOTIVIDA 198 a 205, 210 a 212, 213, 214, 218, 222, 224, 225, 228, 231, 234, 235).
Recordamos las palabras de Juan Pablo II, en el silenciado discurso dirigido al embajador argentino ante la Santa Sede el 28 de febrero pasado :
Hablando de la construcción de una sociedad basada en valores fundamentales e irrenunciables para un orden nacional e internacional digno del ser humano, dijo Juan Pablo II que uno de esos valores es el valor de la vida humana misma, sin el cual no sólo se quebranta el derecho de cada ser humano a la vida desde el momento de su concepción hasta su término natural, y que nadie puede arrogarse la facultad de violar, sino que se cercena también el fundamento mismo de toda convivencia humana. En efecto, cabe preguntarse qué sentido tiene el esfuerzo por mejorar las formas de convivir, si no se garantiza el vivir mismo.
NOTIVIDA
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