Sr. Director:

Le voy a citar algunas vocaciones de protección abnegada de los demás en los varones: las Fuerzas Armadas, formadas muy mayoritariamente por varones que tienen interiorizado el espíritu de servicio, de defensa y protección a todos en las situaciones más difíciles de peligro.

La Policía, formada muy mayoritariamente por varones que tienen por lema la protección y el servicio a los demás; los Cuerpos de Bomberos, formados casi exclusivamente por varones que arriesgan a diario sus vidas para rescatar de situaciones de grave peligro a las personas; los médicos que han hecho de sus vidas un instrumento para la salud de los demás…; los esposos y los padres, vocación fundamental a la protección y al cuidado abnegado y austero de la familia, de la esposa y de los hijos.

La lista, por supuesto, no pretende ser exhaustiva, si bien muestra colectivos cuajados de buenos hombres empeñados en que se mantengan las condiciones para el bien común.

Sólo a un descerebrado se le ocurre manchar el prestigio de las Fuerzas Armadas so pretexto de un militar corrupto que comete una violación en zona de guerra. Sólo a un descerebrado se le ocurre manchar el prestigio de la Policía o los Bomberos so pretexto de un policía que agrede en lugar de proteger. Sólo a un descerebrado se le ocurre difamar el prestigio de la profesión médica porque se ha encontrado uno que mata en vez de curar. Y sólo a un descerebrado se le pasa por la cabeza dinamitar el matrimonio y la familia porque ha encontrado un esposo y padre que pega a su mujer y maltrata  a sus hijos.

Si, además de desprestigiar a las instituciones, alguien con poder establece las condiciones para que los justos puedan ser estigmatizados, acusados interesadamente y perseguidos por desafectos, de esa persona ya no diremos que es descerebrada sino que tiene el coeficiente intelectual justo para ser mala además de tonta.

Serafín García Herreros

serafingh@yahoo.es