Con el debate sobre el aborto libre o a plazos y bajo supuestos y con la feliz idea de Doña Bibiana de que las niñas de 16 años puedan abortar sin el consentimiento de sus padres nos están hurtando lo importante del debate y nos están vendiendo el aborto como un derecho.
Se oculta así que la principal violencia de género que pueda cometerse es la de convertir el mal en un derecho, y ello disfrazándolo de un progreso social aunque suponga un atentado en toda regla contra la vida, la dignidad humana y la propia Constitución.
Malo es por supuesto que las niñas puedan abortar sin autorización paterna, pero el mal de verdad está en la propia mentira que el Gobierno propala al declarar el aborto un derecho y progreso para la humanidad.
Xus D Madrid
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