Seguimos en las mismas. El Gobierno del PSOE no ceja (por más que José Montilla, responsable de Industria, afirme lo contrario) en conseguir copar las cuatro grandes Presidencias de las empresas españolas: BBVA, Telefónica, Repsol YPF y Endesa. Utiliza todos los medios habituales: posibles escándalos (reales o inflados), presión de accionistas amigos, fusiones, modificaciones de consejeros, etc.

 

En cualquier caso, sus objetivos no han variado: Francisco González, César Alierta, Alfonso Cortina y Manuel Pizarro. César Alierta se ha entrevistado con el vicepresidente económico, Pedro Solbes. La verdad es que el poder político de Pedro Solbes es muy inferior a sus competencias económicas, pero lo cierto es que durante su encuentro con Alierta del pasado jueves se llegó, como informábamos en nuestra edición anterior, a una especie de pacto: Alierta se mantendría a cambio de un mayor esfuerzo inversor por parte de la Compañía. De ahí, el anuncio de los 3.000 millones de euros de inversión en banda ancha.

 

Sin embargo, la palabra de Solbes no es la palabra del Gobierno. Alierta ya ha dicho que no piensa dimitir salvo que le obliguen sus accionistas, pero el runrún continúa en Madrid. A fin de cuentas, los presidentes de grandes empresas dimiten cuando les obliga la prensa, a golpe de titulares. Los halcones del Gobierno Zapatero, especialmente Montilla, Magdalena Álvarez y Cristina Narbona, insisten en copar las grandes Presidencias, y saben que si uno sólo cede, la presión sobre el resto aumentará.

 

Es más, Alierta denuncia que detrás de su cese y de la candidatura del PSOE (que no es otra que la del ex ministro de Industria, Juan Manuel Eguiagaray) se encuentra Felipe González y el magnate mexicano, Carlos Slim, líder de Telmex, la gran competidora de Telefónica. González es el mejor relaciones públicas de Slim en todo el mundo hispano y, además, no perdona a los que considera "amigos" de Rato. González manifiesta que solicitó a Rodrigo Rato, entonces vicepresidente económico del PP, un puesto de consejero del Banco de España para Juan Manuel Eguiagaray, al que su consultora no le reporta resultado alguno y que sobrevive con su puesto de profesor universitario, y que Rato se lo negó. Ahora, el ex presidente (otro que perdona, pero jamás olvida) está empeñado en que Eguiagaray se convierta en el sustituto de Alierta

 

Horas después, Francisco González, presidente del BBVA, afirmaba que 2004 y 2005 iban a ser los años del salto hacia delante. Hablaba de fusiones, a pesar de que es muy consciente de que su gran operación deberá salir de América (lo mejor que ha hecho FG ha sido la operación mexicana de Bancomer), y que el PSOE ya tiene candidato para sucederle: el ex presidente de Cajamadrid, Jaime Terceiro.

 

Por su parte, Carlos Solchaga, otro ex ministro socialista, está empeñado en sustituir a Alfonso Cortina como presidente de Repsol YPF. Por ahora, Cortina juega todas sus bazas, incluida su amistad con Jesús Polanco.

 

Mientras, los socialistas no se olvidan del presidente de Endesa, Manuel Pizarro, a quien han despojado de todos sus cargos en su Aragón natal (incluida la mezquindad de la Presidencia de la Fundación Parque de Ordesa).

 

Se trata de saber si los afectados aguantarán la presión. Si lo hacen, es muy difícil cesarlos. De otra forma…