Las generaciones que nos han precedido se dejaron la piel, y en muchos casos la vida, reivindicando la dignidad del trabajador y derechos laborales tan básicos como jornada de ocho horas o un sueldo digno.
Nosotros lo hemos perdido todo y a estas alturas todavía hay que mantener una lucha muy dura con el empresario para que no disimule que te paga el sueldo mínimo camuflado por las pagas extras prorrateadas, para que respete las ocho horas, para que te pague las horas extras o los fines de semana trabajados o no te niegue los días de descanso establecidos por ley.
Es una vergüenza. Ni unos políticos ni otros han hecho lo suficiente por ayudarnos, eso sí han recibido y reciben con todos los honores a determinados empresarios y banqueros enriquecidos a costa de explotarnos y ahogar a los ciudadanos con hipotecas.
Ningún político se merece ya mi voto. Prostituyen el sistema democrático, no se dan cuenta de lo que ha costado conseguirlo para este país y otros muchos.
Teresa Rodríguez
ALVARADO14@terra.es